Hoy, 23 de abril, celebramos el día del libro en España. Y lo hacemos sin casetas, ni ferias, ni firmas de los autores a causa de un confinamiento que se prolonga indefinidamente. Pero quizás sea esta la oportunidad que muchos necesitaban para dar un paso adelante, abandonar por un instante su red social preferida y comenzar a leer.

 

Lee

En 2 Timoteo encontramos una escena tremendamente llamativa: Pablo está en la cárcel por causa del evangelio, y sospecha que no le queda mucho tiempo de vida (4:6). Pero en sus indicaciones finales incluye una petición particular: “Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos” (4:13). Podemos entender lo del capote. Sin duda le vendría bien algo de abrigo estando en una prisión romana del siglo I. Pero… ¿los libros? No tenemos constancia de qué libros eran estos, pero sí observamos su interés en aprovechar bien el tiempo aun en medio de circunstancias muy adversas.

Nuestra realidad es muy distinta a la de Pablo. No solo porque el suyo era un encierro con mayúsculas. Sino también por el hecho de que leer nunca ha sido tan fácil y, al mismo tiempo, tan difícil. Fácil porque no necesitamos que un Timoteo viaje durante semanas para traernos los libros. Nos encontramos solamente a un “click” de acceder a una variedad ingente de materiales que, en cuestión de segundos, estarán disponibles en nuestro móvil, la Tablet o ¡hasta el reloj! Muchos de ellos gratuitamente o a un precio particularmente reducido en estos días. Pero también difícil, porque existe tanta variedad que uno no sabe por dónde comenzar.

Se cuenta que a Charles Spurgeon le pidieron consejo a la hora de escoger un libro. Y su respuesta, como no podía ser de otro modo, fue sorprendente. Spurgeon contestó: “Lo más importante es aprender a decir no”. No estaba exagerando. Solamente en España, se publican cada año una media de 90.000 ejemplares. ¿Por dónde comenzamos?

 

Lee la Biblia

Ésta sería la mejor recomendación que jamás podríamos dar o recibir. La Biblia es el libro de los libros, una joya literaria que trasciende épocas y culturas. Pero, por encima de todo, es la Palabra de Dios. En Su infinita misericordia Dios nos ha dado a conocer Su Persona, pero también Sus propósitos, y lo ha hecho de manera “proposicional”. En otras palabras: de forma clara y comprensible. Todo lo que Dios quería que supiésemos acerca de Sí mismo se encuentra en las páginas de la Escritura. ¡Esto es algo realmente impresionante! Por eso el rey David llega a decir “mejor es para mí la ley de tu boca que millares de piezas de oro y de plata” (Salmo 119:72).

Por la mañana, por la noche, … leer la Biblia es siempre una gran idea (Josué 1:8; Salmo 1:2). Pero, si queremos asimilar e incorporar los tesoros que encontramos en sus páginas, lo mejor es hacerlo de manera sistemática. Aunque existen muchos métodos, el propuesto por Robert Murray McCheyne, publicado en castellano por Andamio, es muy fácil de seguir, teniendo la oportunidad de organizar tu lectura en uno o dos años. Puedes conseguir una copia aquí.  

 

Lee los mejores

Nos encantan los rankings: los mejores deportistas, los mejores cantantes, los mejores profesores, … Y tenemos que reconocerlo: normalmente elaboramos listas en base a nuestras preferencias, ¡para eso son nuestras listas! Podría suceder lo mismo a la hora de destacar algunos libros como “los mejores” de entre los millones que se han escrito en el mundo. El acordarse de algunos implica olvidarse de otros (por ahora). Parte de la gracia del “día del libro” es salir en búsqueda de alguna de las últimas novedades en el mercado. Pero en un día como hoy, quisiera recomendar diez obras ya contrastadas, cuya lectura ha inspirado y animado a muchos a lo largo de la historia del cristianismo.  Son las siguientes:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  • La Santidad de J.C. Ryle. (En este momento es gratuito en la versión digital de Kindle)

 

 

Con esto tenemos material para un largo confinamiento, ¡No hay tiempo que perder!

Heber Torres